Inauguró nueva etapa el PP canario este jueves, estrenándose como voluntaria y solícita oposición al Gobierno de Coalición Canaria, que con tanta pasión integró hasta que sonaron las alarmas electoralistas. A Soria empiezan a notárseles los estigmas de la improvisación, quizás porque con tal de quedar bien con la dirección nacional de su partido, se olvidó de las consecuencias locales. Lo ha visto a la primera esa lince que es Cristina Tavío, que ha mostrado a sus compañeritos su preocupación por la posible ruptura en cadena de los pactos municipales y cabildicios, Santa Cruz y Tenerife, sin ir mas lejos, a los que nosotros añadimos Fuerteventura, con una Aguedita Montelongo cogida ahora mismo con alfileres. Así que el PP piensa hacer una oposición nada hostil que irrite lo menos posible a ATI, no vaya a ser que queden en la calle y sin llavín más cargos públicos y asimilados. Apoyará los presupuestos si no hay subida de impuestos, pero que se olvide Paulino de otras extravagancias, como esa Ley de Gobierno y de Presidencia tan salvajemente vapuleada por el Consejo Consultivo.
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