miércoles, 20 de octubre de 2010

Con el móvil (y la mosca) en la oreja


La ruptura del pacto restó protagonismo a los debates de una Cámara atenta al móvil

Parlamento de Canarias. Tony Cuadrado

No ha sido un buen día para los debates en el salón de plenos del Parlamento de Canarias, donde ni la práctica totalidad de los diputados ni los periodistas que cubren las tareas de la Cámara estaban pendientes de lo que se debatía en el hemiciclo.
La noticia de la VII legislatura se estaba cocinando fuera. Se fraguaba en los pasillos, se cocía en los sms y se aliñaba en las conversaciones telefónicas en las que las distintas señorías y los periodistas presentes desgranaban el minuto a minuto de las contradictorias declaraciones radiofónicas de José Manuel Soria sobre la continuidad del Pacto entre el PP y CC suscrito en 2007.
Los diputados de CC, con caras de no haber roto un plato, se entrecruzaban con los del PP, circunspectos, cejijuntos y con nubes de tormenta sobre sus sienes.
Había más diputados en los pasillos, cosa inusual en los últimos tres años, que en el hemiciclo, donde el vicepresidente desgranaba su percepción sobre la repercusión del nuevo sistema de financiación autonómica en las competencias transferidas a los cabildos, las previsiones presupuestarias para los ayuntamientos, la nueva subida de las tarifas eléctricas o el recorte de las ayudas al transporte de mercancías en los Presupuestos Generales del Estado.
Pero ni siquiera la posibilidad de que los diputados del PP, con sus preguntas a mayor gloria de Soria preparadas concienzudamente desde hace días, arrancaran un nuevo episodio de desencuentro con sus socios despertaba el morbo en los escaños y en la tribuna de la prensa.
Sonrisas nerviosas entre los diputados de CC y del PP que se cruzaban miradas entre el odio y la socarronería mientras unos y otros desgranaban los diversos escenarios que se abrirían a partir de las 15:00 horas, cuando todo el mundo daba por supuesto que el PP rompería el Pacto.
La única duda era si lo anunciarían esa misma tarde o esperarían a culminar el Consejo de Gobierno del viernes. Finalmente, los conservadores optaron por una solución intermedia, pero habría que esperar cinco horas para saberla.
Mientras el consejero de Presidencia, José Miguel Ruano, departía con Soria en el despacho del vicepresidente sobre el futuro más inmediato, en el salón de plenos pasaban sin pena ni gloria los problemas que genera en los juzgados y tribunales el sistema informático Atlante II, las nuevas sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Canarias anulando licencias de TDT, el ‘caso Tebeto’ o la evolución de la inmigración a raíz de la crisis económica.
Como anécdota, el Parlamento inició su sesión con un minuto de silencio en memoria de Adán Martín, el presidente que hace cinco años decidió romper con el PP por los desencuentros con sus socios a cuenta de las relaciones con el Gobierno de Zapatero.
Una premonición. Igual que el hecho de que el Parlamento quedara paralizado una hora por la caída del circuito informático, que dejó a la Cámara muda, en suspenso, justo después de que Soria hiciese oficial a las 5 de la tarde que el enésimo Pacto entre CC y PP no había aguantado, una vez más, una legislatura completa.

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