De
qué se ríe, señor ministro…
Mario
Benedetti.
El
pasado miércoles el presidente en funciones del Gobierno de España leyó un
provocativo discurso en el parlamento del estado. Dicho discurso, pese a
anunciar terribles medidas contra el pueblo español, fue jaleado, aplaudido y
vitoreado por los diputados del Partido Popular como si se tratase de la
salvación del país. No se entiende que tan graves y perjudiciales medidas fueran
celebradas como si hubiésemos ganado la copa del mundo otra vez por parte del
parlamento. En otros países, cuando se han tomado medidas de ese jaez nadie las
aplaudido ni vitoreado. Incluso en Italia una ministra llegó a llorar al
anunciarlas.
Pero
es lógico que el Partido Popular las jalee, pese al reconocimiento del propio
Rajoy, de que ninguna de ellas estaba incluida en el programa con el que
concurrió a las elecciones. Estas medidas ni son improvisadas, ni obedecen al
capricho de facinerosos como Guindos y Montoro. Obedecen al plan deliberado y
cronometrado al minuto por aquellos poderes financieros y la oligarquía española
y europea para desmantelar en el continente el Estado del Bienestar, haya crisis
o no. Todo para que esa misma oligarquía siga aumentando sus beneficios por la
privatización de los servicios esenciales y el aumento de la explotación de los
pueblos de Europa.
El
significado y dirección de estas medidas está claro. Desmantelar el Estado de
Bienestar, privatizar al máximo, empeorar las condiciones de trabajo de los
hombres y mujeres, sean empleados públicos o privados. Es una vuelta más del
tornillo de la tortura que se inició con las reformas laborales y del sistema de
pensiones del último gobierno socialista y ha continuado con la Reforma Laboral
del PP, con las anunciadas el miércoles y las que se añadirán cada viernes que
haya consejo de ministros. La privatización de las pocas empresas estatales que
quedan (AENA, RENFE, Loterías del Estado), los cambios a peor en la llamada ley
de Dependencia, el cambio en la Seguridad Social de los tipos de invalidez,
etc., serán reclamados por Europa e impuestos por el gobierno del PP.
Y
este lo hará contento y orgulloso, como el capataz ordena a los peones en el
cortijo del señorito. No hay ninguna diferencia entre ese capataz y este
gobierno. Nunca ha sido el gobierno de España, es el gestor de los intereses de
los especuladores financieros, los grandes bancos y la oligarquía española. Ha
renunciado a la soberanía del Estado frente a Europa (esta renuncia empezó con
la complicidad del PSOE cuando ambos partidos reformaron a la chita callando la
Constitución), ha entregado el país a la voracidad de los estafadores bancarios,
las grandes empresas y los tecnócratas europeos. Y al gobernar con un programa
completamente distinto a aquél con el que pidió el voto se encuentra
completamente deslegitimado para seguir gobernando. Mintió, engañó y estafó a
los electores que le votaron.
La
solución a este gobierno ilegitimo no es ni un gobierno de concentración ni un
referéndum. La solución es la convocatoria anticipada de elecciones. Unas
elecciones en la que los partidos se presenten con programas y soluciones claras
y precisas.
Para
enfrentar esa convocatoria es preciso redoblar esfuerzos en la construcción de
un bloque de progreso alternativo de toda la izquierda real de este país. Un
Frente Amplio de organizaciones, movimientos populares, sociales y sindicales y
personalidades de izquierda que pueda defender a las clases populares contra el
pillaje y la explotación.
Y
para lograr esa convocatoria es precisa la movilización de todos y todas. De los
trabajadores públicos y privados, las mujeres, los parados, los pensionistas. En
un gran movimiento que rechace estas medidas y las que vendrán y exija la
convocatoria de nuevas elecciones.
La
unión del pueblo trabajador, su movilización y su expresión política en ese
Frente Amplio de la Izquierda, es tarea de todas las personas que se reclamen de
la izquierda.
Impulsar
esa unión, la movilización y ese Frente es el compromiso que hemos asumido en
Canarias por la Izquierda y que renovamos ahora.
Canarias
a 13 de julio de 2012
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