domingo, 4 de marzo de 2012

A los PERROS DE LA INSPECCION MEDICA (el titulo lo pone la Admon del Blog)


Sres/as Inspectores/as:

Por medio de estas líneas quiero agradecerles el “ calvario “ por el que me han hecho pasar desde Abril de 2010 a Junio de 2011, sin tener en cuenta las innumerables ocasiones en las que fui citada a comparecer ante ustedes durante mi tratamiento, por cáncer, que duró dos años y medio, con 16 sesiones de medicación quimioterápica.

Entiendo que ustedes quisieran estar seguros de que yo estaba atada a la máquina de la medicación y a sus consecuencias  y no de vacaciones pagadas en el Caribe. Hasta aquí comprensible, esa es su obligación. Lo que ya se comprende menos es el “ acoso y derribo “ al que fui sometida, aún antes de terminar mi última sesión, 5 de Abril de 2010, hasta el 30 de Junio de 2011.

Siguiendo la consigna de la administración, todos a trabajar que no hay dinero para pagar sustitutos, ustedes pusieron especial empeño en cumplirla y metieron en el mismo saco todas las patologías, edades y circunstancias personales, funcionando como una máquina bien engrasada. Unos derrochan y otros pagamos las facturas…

Siento no poder dirigirme a ustedes por su nombre, porque a pesar de ser Inspectores Médicos de EDUCACIÓN, todos, exceptuando al Dr. Mateo ,  son unos mal educados en el sentido más estricto de la expresión, ya que no sólo no se identificaron en ningún momento, sino que además no daban ni los buenos días y, mucho menos, invitaban a sentarse a una SEÑORA de 62 años, 32 y mucho de servicio y enferma de cáncer por añadidura. La sensación que tenía era de niña mala que no hace bien los deberes ante un profesor rígido e inflexible, usando un símil adecuado a mi profesión.

El citado Dr. Mateo, educado, comedido en sus palabras y firme en sus decisiones. ¿ Con igual firmeza para todos ?

No puedo dejar de recordar “ cariñosamente “ a la Dra. Alonso, de la que sé su nombre porque en nuestra primera entrevista se lo pregunté; al escuchar su tono amenazante y prepotente, tenía que saber el nombre de la persona que traspasaba de aquella manera los límites que para mi debe haber en toda relación  entre iguales en dignidad, humanamente hablando.

Con  la citada doctora tuve el gusto de hablar-escuchar en cuatro ocasiones, creo. Cada una, más gratificante que la anterior. Nuestro segundo encuentro fue dos contra uno, porque ella estaba acompañada por otra ¿ señora?  ¿doctora quizás?  Que, siguiendo la norma de la casa, tampoco me dijo su nombre. En esa cita memorable la Dra. Alonso me dijo textualmente: “ … mejor es que se jubile porque con enfermedades como la suya … “ hermosas y generosas palabras que fueron  enfáticamente ratificadas por su compañera de mesa, la cual puso gran empeño en dejar bien claro que esa era la mejor posibilidad. Total, pensé ¿ qué otra cosa podía yo dar más que problemas a la Administración ? Pero agradezco de corazón esas palabras porque fueron un revulsivo que me hizo luchar con más fuerza contra esa “mi enfermedad”.
Una vez más tuve el placer de ver a la ya citada doctora. En esta ocasión estaba acompañada por otra ¿ señora?  Y  ¿ un señor?  A los que no oí decir absolutamente nada pero…me volvieron a denegar el pago del complemento que me estaban descontando en la nómina. Por supuesto ni buenos días, ni siéntese usted. Olvidan que sus sueldos también salen de mis impuestos.

La última ocasión en que fui citada, para insistir de nuevo en mi incorporación o jubilación, la doctora estaba sola y la entrevista terminó con estas palabras por su parte : “ la próxima vez que la cite vendré acompañada por personas de más “ relevancia” ( creo que esa fue la palabra ) porque usted hace que me sienta mal”,¡qué paradoja! Yo le hacía sentir mal…¿ No sería su conciencia ¿? Yo también vendré acompañada, le contesté. Cosa que hice, la vez siguiente que fui citada, acompañada de un abogado, pero ¡ oh desilusión! Mi encantadora doctora no asistió a la cita; en su lugar acudió otra igual de encantadora a la que ni me molesté en preguntar su nombre. Me daba y me da igual.  Para estar en igualdad de condiciones le pedí a mi abogado que esperara fuera.

Quiero dejar claro, por si no lo sabían, que en el periodo de descanso entre las dos tandas de 8 sesiones de tratamiento cada una, me incorporé a mi trabajo VOLUNTARIAMENTE.

Con ese acoso y esa presión, denegándome las bajas por enfermedad y haciéndome pasar por la UNIDAD MÉDICA DEL INSS en tres ocasiones, ustedes han sido los culpables de una depresión reactiva a los malos tratos que sufrí en el colegio, en Junio de 2010, por parte de unos padres indignados que volcaron en mi persona su rabia e impotencia ante la desatención administrativa hacia sus hijos, que pasaron periodos de tiempo sin sustituto, siendo heroicamente atendidos por los profesores del Centro. Esos malos tratos tuvieron su continuidad en unos hijos bien aleccionados y consentidos por dos miembros del E. Directivo, Directora y Jefe de estudios. Estas afirmaciones tan graves las puedo demostrar documentalmente. Por cierto que he trabajado en ese Centro, nada más y nada menos, que casi 30 años, desde su inauguración.

Ustedes hicieron caso omiso a todos los informes médicos: médico de cabecera, cardiólogo, psicólogo y oncólogo.

Una pregunta que dejo en el aire y cuya respuesta no me importa nada en absoluto pero que puede servir a futuros pacientes de ese servicio de Inspección Médica ¿ además de los informes médicos para poder tener derecho a una baja médica o a una incapacidad, es necesario llevar “ la caja de pino” bajo el brazo? Pregunta que haré también a los médicos del EVI en carta aparte, porque se la merecen por su exquisito trato médico y humano.

No quiero terminar sin hacer extensivo mi agradecimiento al anterior SR. DELEGADO TERRITORIAL DE EDUCACIÓN que, como jefe máximo, es tan responsable como ustedes de tanto dolor causado y con tanta desvergüenza. 

Es una triste manera de poner fin a una carrera profesional después de, exactamente, 34 años 11 meses y 21 días, de esforzado trabajo, según consta en la documentación  recibida con motivo de mi JUBILOSA jubilación el pasado 31 de Agosto.


Fdo.: María del Carmen Bravo de Laguna M.

                         Las Palmas de Gran Canaria a 5 de Noviembre de 2011

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