''Una inglesa soñadora, larán, larán, larito...''
Es verdad que José Manuel Soria no aparece en la cabecera de su blog tocando el timple que sostiene entre sus manos. Lo está mirando con una mezcla de extrañeza y de resignación ("me lo tengo que creer, me lo tengo que tragar"). Pero lo cierto es que ese instrumento tan identitario está en el centro de su bitácora en internet, que por cierto, lleva como subtítulo "Porque somos canarios". Y olé, añadimos nosotros bajo la sombra de ese toro enamorado de la luna que abandona por la noche la maná. Sin embargo, estamos en disposición de confirmar a todos ustedes que, una vez más, nos encontramos ante una pose, ante un purito cuento producto del irrefrenable deseo de este señor de hacer lo que esté en todos los manuales para recuperar el voto y la credibilidad perdidos. Les acercamos hoy con mucho cariño este vídeo, disponible en la videoteca de la Televisión Canaria, en la que se puede apreciar cómo el vicepresidente del Gobierno dice llevar la perica, va al envite y luego se descubre que va ciego por completo. Acepta el reto del periodista de cantarse unas coplillas, a lo que pone como condición que aparezca una guitarra, y una vez dispuesta ésta y los coros, va el vicepresidente y se pone a tararear uno de los estribillos más conocidos de cualquier parranda ("A Canarias vino un día/una inglesa soñadora/que ver el cielo quería...). Pero él, ni pajolera idea, como quien acaba de aterrizar de la meseta. Frente, encantado una vez más de estar allí, el jefe de prensa del PP, Juan Santana, minicámara en la mano, inmortalizando el derrape con toda la indignidad de que le inviste la dignidad del cargo.
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