miércoles, 10 de noviembre de 2010

Un ataque a la dignidad de los funcionarios

POR UNA MINORÍA QUE HACE ARGOLLAS, PAGAN JUSTOS POR PECADORES

Poco a poco vamos descubriendo las amplias inversiones que está haciendo la Comunidad Autónoma en recursos humanos, una de sus asignaturas pendientes más sangrantes. Decía Soria que el absentismo entre el personal es del 15% y que eso no hay economía que lo sustente. Pero lejos de combatir esa sangría mediante alguno de los millonarios procedimientos puestos en marcha en la autonomía, como el famoso Sirhus (este año se han invertido en él más de millón y medio de euros), al ex vicepresidente no se le ocurrió mejor cosa que atacar a la dignidad de toda la plantilla suspendiendo un puñado de pactos, acuerdos y artículos del convenio colectivo. Así, desaparecen todas las ayudas de carácter social (estudios, salud, premios...), se lanzan avisos drásticos a los representantes sindicales en cuanto a sus horas de atención a sus tareas y se rebajan aún más los acuerdos alcanzados en el ámbito de la Consejería de Educación. Mientras tanto, los trabajadores del Parlamento de Canarias amplían sus derechos hasta límites que rebasan lo razonable en los tiempos que corren. Y el dinero sale de la misma caja.

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