domingo, 14 de noviembre de 2010

Las conclusiones del Canódromo, a la Justicia

EL ÚNICO NOMBRE PROPIO QUE APARECE DE MOMENTO ES EL DE JOSÉ MANUEL SORIA
Soria confiesa a propios y extraños que los peores nueve meses de su vida política fueron los que pasó imputado por el caso Salmón, un cohecho impropio de manual que archivó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias alegando que el presidente del PP canario viajó de paquete con un empresario al que le estaba tramitando unas 3.500 camas turísticas de nada en la urbanización Anfi Tauro. Pero, aún alejado del banquillo gracias a una interpretación benévola del TSJC que contradice a las más recientes del Supremo, el generoso modo de operar de Soria quedó fijado en la memoria de la ciudadanía, que no entendía tanto compadreo. Pero Soria ha actuado de manera similar en otros episodios sonados de su vida política, como cuando vivió de gorra en el chalet del empresario Javier Esquivel al tiempo que le facilitaba todas las ventajas en el concurso eólico, otro caso que la justicia archivó sin ni siquiera investigarlo. Y sin que la vida política del presidente del PP haya terminado, ahora tiene ante sí dos auténticos marrones que, para más engorro, aparecen anudados por la presencia del mismo empresario que dio el pelotazo de su vida en las torres del Canódromo. Las conclusiones de la comisión de investigación municipal terminarán en los tribunales de Justicia, donde se tramitan dos causas distintas aunque paralelas y que amenazan con llevar a Soria nuevamente ante el TSJC.

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