El borrador de medidas extraordinarias para ahorrar lo que hasta ahora hemos derrochado tiene un par de capítulos de alto voltaje referidos a los trabajadores públicos de la Comunidad Autónoma de Canarias. Cuando los sindicatos los lean pondrán el grito en el cielo porque, entre otras medidas, hay una docena de suspensiones de pactos, acuerdos y convenios suscritos entre la Administración y los representantes laborales que afectan a jornadas laborales, horas extraordinarias, días de descanso, permisos para asistencia a congresos, becas, planes de pensiones, uniformes... y hasta a la adscripción de los médicos a su respectivo hospital. Así, en el terreno docente, se suspende para 2011 el acuerdo para la gestión del profesorado interino y sustituto, suscrito en 2005. En Sanidad, además de acuerdos salariales, se suspenden los pluses de productividad y se reduce de ocho a cuatro los días que los médicos podían dedicar, desde 1997, a acudir a congresos de especialización. Se restringen, además, las horas extraordinarias, que serán pagadas con días libres, así como los días adicionales de vacaciones en función de la antigüedad. Por primera vez se anuncia que se aplicará la ley (Estatuto Básico del Empleado Público) que regula las horas sindicales, que suponíamos se venía respetando escrupulosamente. Toda una revolución que no se atrevió a aplicar el malvado Zapatero cuando recortó el salario de los trabajadores públicos un 5%.
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