Hace muchos años, pero que muchos años, que le tenemos cogida la matrícula al corresponsal que en Canarias tiene el PP del señor Rajoy, ese muchachito que se apellida Soria que ha destacado siempre por ser un reputado especialista en la defensa del interés general. La única vez que le hemos detectado un síntoma de debilidad en esa entrega que él tiene para lo público fue cuando confesó urbi et orbi, al término de su mandato en el Cabildo de Gran Canaria, que aquella había sido "una experiencia muy enriquecedora". Jamás lo dudamos ni pretendemos ignorarlo en el futuro. Pues bien, en esa visita de Rajoy a Lanzarote, Soria lanzó su enésima soflama sobre las conspiraciones contra el PP, apoyándose en una información que ese mismo día publicaba, de modo muy calculado, el periódico El Mundo: "Una juez progresista elaboró una querella contra Soria". Lo había filtrado él mismo, como el periódico reconocía al día siguiente: "Soria dice tener las pruebas de que..." Desde Lanzarote, tanto Soria como Rajoy clamaron por un castigo ejemplar si la magistrada "progresista" (un sello muy llamativo para mejor proveer, como parece) no desmentía la noticia. La noticia fue desmentida, lo que no fue obstáculo, óbice o valladar para que ambos anunciaran acto seguido que llevarían el asunto al Congreso de los Diputados (sic). Mientras, desde un lugar indeterminado de esta ultraperiferia, José Miguel Ruano hacía los coros a su admirada diva añadiendo que el disco duro de la juez se enviaría a la fiscalía (otra vez sic).
Publicado en http://www.canariasahora.com/topsecret/ampliar/13482/
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