En la discusión y debate sobre las causas de las crisis financieras y económicas no se está prestando mucha atención al enorme impacto que las desigualdades de renta y de riqueza están teniendo en las crisis y, viceversa, al impacto que las crisis están teniendo en tales desigualdades. Existe una percepción bastante generalizada entre las poblaciones de los países de la OCDE (el club de países más ricos del mundo) de que viven en sociedades desiguales, pero la evidencia existente muestra que tales desigualdades son incluso mayores de lo que la gente supone. Así, en EEUU se ha preguntado a la población, a través de una encuesta, las siguientes preguntas: ¿cuál es el porcentaje de la riqueza que el 20% de la población más rica del país, posee? Se explica en la pregunta el significado de riqueza, que es la propiedad que el individuo tiene. La población responde diciendo que, según ella, el 20% posee el 60% de la riqueza del país. La realidad, sin embargo, es distinta. El porcentaje es mucho mayor; no es un 60% sino un 85%. Cuando se le pregunta cuál debiera ser el porcentaje de la riqueza que el 20% de la población más rica debiera tener, responde que debiera ser un 30-35%.
En la encuesta también se pregunta: ¿cuál es el porcentaje de la riqueza en el país que posee el 40% de la población, la gente que tiene menos riqueza? La respuesta que la población da es un 10%. En realidad es sólo un 0.3%. Y a la pregunta de cuál es el porcentaje que debiera ser, responde que tendría que ser un 20-25%. (Los datos sobre EEUU proceden del artículo de David Cay Johnston, Boletín Tax Notes, publicado en Dollar and Sense. Nov/Dec 2010. p.4). Estos datos muestran que las desigualdades en la riqueza son en EEUU mucho mayores de lo que la población estadounidense conoce y desea. Una situación semejante ocurre en la mayoría de países de la OCDE, aunque tal tipo de encuestas no se han hecho en España, uno de los países de tal comunidad que tiene mayores desigualdades de riqueza y de rentas.
A la luz de los datos que muestran que la mayoría de la población que vive en los países de la OCDE desearía que hubiera menos desigualdades, la pregunta que debería hacerse es ¿Por qué se toleran tales desigualdades? Y la respuesta a esta pregunta es que la enorme concentración de la riqueza conlleva una enorme influencia política y mediática que los sectores más ricos de la población ejercen sobre los estados, los cuales se mueven dentro de una cultura económica favorable a sus intereses. Ello explica que la mayoría de estados están siguiendo unas políticas que están reforzando tales desigualdades con un aumento de la concentración de la riqueza (véase mi artículo “Existen alternativas a los recortes”, Público 09.12.10).
¿CÓMO LOS MERCADOS FINANCIEROS ACENTÚAN LAS DESIGUALDADES?
En la encuesta también se pregunta: ¿cuál es el porcentaje de la riqueza en el país que posee el 40% de la población, la gente que tiene menos riqueza? La respuesta que la población da es un 10%. En realidad es sólo un 0.3%. Y a la pregunta de cuál es el porcentaje que debiera ser, responde que tendría que ser un 20-25%. (Los datos sobre EEUU proceden del artículo de David Cay Johnston, Boletín Tax Notes, publicado en Dollar and Sense. Nov/Dec 2010. p.4). Estos datos muestran que las desigualdades en la riqueza son en EEUU mucho mayores de lo que la población estadounidense conoce y desea. Una situación semejante ocurre en la mayoría de países de la OCDE, aunque tal tipo de encuestas no se han hecho en España, uno de los países de tal comunidad que tiene mayores desigualdades de riqueza y de rentas.
A la luz de los datos que muestran que la mayoría de la población que vive en los países de la OCDE desearía que hubiera menos desigualdades, la pregunta que debería hacerse es ¿Por qué se toleran tales desigualdades? Y la respuesta a esta pregunta es que la enorme concentración de la riqueza conlleva una enorme influencia política y mediática que los sectores más ricos de la población ejercen sobre los estados, los cuales se mueven dentro de una cultura económica favorable a sus intereses. Ello explica que la mayoría de estados están siguiendo unas políticas que están reforzando tales desigualdades con un aumento de la concentración de la riqueza (véase mi artículo “Existen alternativas a los recortes”, Público 09.12.10).
¿CÓMO LOS MERCADOS FINANCIEROS ACENTÚAN LAS DESIGUALDADES?
Un ejemplo de la influencia política que tienen los grupos más pudientes de la población es la manera como los estados responden a las presiones de los mercados financieros. Un instrumento que está al servicio de los intereses financieros son las agencias de valoración de la deuda pública soberana de los países (la mayoría de las cuales están basadas en EEUU), y que configuran en gran manera el comportamiento de los mercados financieros internacionales. La opinión de estas agencias es, en gran parte, responsable de los enormes recortes de gasto público que los mercados financieros están exigiendo, causando el debilitamiento y desmantelamiento de los estados del bienestar en los países de la OCDE, que benefician principalmente a las clases populares. Tales agencias están al servicio de la banca y de los sectores más pudientes de la población en los países afectados por las demandas de austeridad de gasto público.
Existen muchas muestras de esta alianza de intereses. El caso más reciente es el de la famosa agencia Standard & Poor’s. Tal agencia acaba de publicar un artículo en su boletín The Outlook (oct. 13, 2010) titulado “Washington Worries” en el que alarma a los inversores de todo el mundo indicando que la eliminación de los recortes de los impuestos al 1% de la población, la más rica de EEUU (tal como había propuesto el presidente Obama), contribuirá a la “desconfianza e inseguridad de los mercados financieros”, expresión que se utiliza también para justificar los enormes recortes de los estados del bienestar tanto en EEUU como en Europa.
Según el Centro de Estudios Fiscales, Tax Policy Center, la eliminación de estos recortes fiscales al 1% más rico significaría una pérdida de ingresos al estado federal de EEUU de nada menos que 680.000 millones de dólares. Como bien ha señalado Bradley Hitchings en una carta de protesta publicada en Dollar and Sense. Oct/Nov 2010, esta medida, además de ser enormemente regresiva y de empobrecer las arcas del Estado Federal, perjudicará enormemente la recuperación económica de EEUU (y también de Europa), pues los ricos consumen mucho menos que la gente normal y corriente. Sustraer 680.000 millones de dólares de la demanda en un momento en que el mayor problema es la escasez de demanda, es una medida enormemente negativa. Estos hechos prueban, entre otros, que las agencias están al servicio de la banca y de los ricos, y que sus propuestas benefician a éstos a costa de los intereses y bienestar de las clases populares en EEUU y en Europa. Vemos pues que las medidas que tales mercados están imponiendo incrementan todavía más las desigualdades sociales que obstaculizan la recuperación económica.
LA BAJADA DE IMPUESTOS INCREMENTA LAS DESIGUALDADES Y ENTORPECE LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA
Las derechas a ambos lados del Atlántico están proponiendo bajar los impuestos como manera de estimular la economía y salir de la recesión. En EEUU, los Republicanos están abanderando esta reducción de impuestos. Y en España, el Partido Popular y CiU están también pidiendo reducir los impuestos.
En Estados Unidos, el diario de la ultraderecha, el Wall Street Journal (su director, que simpatiza con el Tea Party, ha indicado que la democracia interfiere con el capitalismo, señalando que él prefiere lo último sobre lo primero) ha presentado la bajada de impuestos del Presidente Reagan como la causa de la recuperación económica que permitió salir a EEUU de la recesión del periodo 1981-1982. En realidad, y tal como ha señalado Paul Krugman, el Presidente Reagan fue el presidente que ha incrementado más los impuestos en EEUU en tiempos de paz desde la II Guerra Mundial. Disminuyó los impuestos de los sectores más ricos pero subió los de todos los demás. Consecuencia de estas políticas fiscales regresivas, las desigualdades aumentaron de una manera muy notable. Lo mismo ocurrió, por cierto, durante la Administración Republicana del Presidente Bush padre, y más tarde con Bush hijo. Tal como han documentado Barry Bosworth y Gary Burtless del Brookings Institution, estos cambios regresivos no estimularon ni la demanda (pues los ricos consumen menos que el resto de personas) ni la inversión. El estímulo de la economía vino del aumento del gasto público militar, y del aumento del déficit público, ambas medidas profundamente keynesianas.
En realidad, si en lugar de invertir en gasto militar hubieran invertido en gasto social o industrias verdes, la producción de empleo y estimulo del crecimiento económico hubiera sido incluso mayor. Alguien debiera informar a los asesores económicos del Sr. Mariano Rajoy, Presidente del PP y del Sr. Artur Mas, Presidente de CiU, sobre estos hechos. La bajada de impuestos no es la manera de estimular la economía. En realidad, aumenta las desigualdades, y con ello retrasa la recuperación económica.
Existen muchas muestras de esta alianza de intereses. El caso más reciente es el de la famosa agencia Standard & Poor’s. Tal agencia acaba de publicar un artículo en su boletín The Outlook (oct. 13, 2010) titulado “Washington Worries” en el que alarma a los inversores de todo el mundo indicando que la eliminación de los recortes de los impuestos al 1% de la población, la más rica de EEUU (tal como había propuesto el presidente Obama), contribuirá a la “desconfianza e inseguridad de los mercados financieros”, expresión que se utiliza también para justificar los enormes recortes de los estados del bienestar tanto en EEUU como en Europa.
Según el Centro de Estudios Fiscales, Tax Policy Center, la eliminación de estos recortes fiscales al 1% más rico significaría una pérdida de ingresos al estado federal de EEUU de nada menos que 680.000 millones de dólares. Como bien ha señalado Bradley Hitchings en una carta de protesta publicada en Dollar and Sense. Oct/Nov 2010, esta medida, además de ser enormemente regresiva y de empobrecer las arcas del Estado Federal, perjudicará enormemente la recuperación económica de EEUU (y también de Europa), pues los ricos consumen mucho menos que la gente normal y corriente. Sustraer 680.000 millones de dólares de la demanda en un momento en que el mayor problema es la escasez de demanda, es una medida enormemente negativa. Estos hechos prueban, entre otros, que las agencias están al servicio de la banca y de los ricos, y que sus propuestas benefician a éstos a costa de los intereses y bienestar de las clases populares en EEUU y en Europa. Vemos pues que las medidas que tales mercados están imponiendo incrementan todavía más las desigualdades sociales que obstaculizan la recuperación económica.
LA BAJADA DE IMPUESTOS INCREMENTA LAS DESIGUALDADES Y ENTORPECE LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA
Las derechas a ambos lados del Atlántico están proponiendo bajar los impuestos como manera de estimular la economía y salir de la recesión. En EEUU, los Republicanos están abanderando esta reducción de impuestos. Y en España, el Partido Popular y CiU están también pidiendo reducir los impuestos.
En Estados Unidos, el diario de la ultraderecha, el Wall Street Journal (su director, que simpatiza con el Tea Party, ha indicado que la democracia interfiere con el capitalismo, señalando que él prefiere lo último sobre lo primero) ha presentado la bajada de impuestos del Presidente Reagan como la causa de la recuperación económica que permitió salir a EEUU de la recesión del periodo 1981-1982. En realidad, y tal como ha señalado Paul Krugman, el Presidente Reagan fue el presidente que ha incrementado más los impuestos en EEUU en tiempos de paz desde la II Guerra Mundial. Disminuyó los impuestos de los sectores más ricos pero subió los de todos los demás. Consecuencia de estas políticas fiscales regresivas, las desigualdades aumentaron de una manera muy notable. Lo mismo ocurrió, por cierto, durante la Administración Republicana del Presidente Bush padre, y más tarde con Bush hijo. Tal como han documentado Barry Bosworth y Gary Burtless del Brookings Institution, estos cambios regresivos no estimularon ni la demanda (pues los ricos consumen menos que el resto de personas) ni la inversión. El estímulo de la economía vino del aumento del gasto público militar, y del aumento del déficit público, ambas medidas profundamente keynesianas.
En realidad, si en lugar de invertir en gasto militar hubieran invertido en gasto social o industrias verdes, la producción de empleo y estimulo del crecimiento económico hubiera sido incluso mayor. Alguien debiera informar a los asesores económicos del Sr. Mariano Rajoy, Presidente del PP y del Sr. Artur Mas, Presidente de CiU, sobre estos hechos. La bajada de impuestos no es la manera de estimular la economía. En realidad, aumenta las desigualdades, y con ello retrasa la recuperación económica.
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