PP: donde dije digo... me olvidé
Como por arte de magia, los diputados nacionales canarios del Partido Popular cambiaron este jueves su visión sobre la proposición de ley sobre delimitación de los espacios marítimos de Canarias, una iniciativa que habían apoyado en 2003, 2005 y 2009. Su justificación para oponerse fue que era una "improvisación".
"Son las cosas de la política", comentaba este viernes un destacado miembro de Coalición Canaria (CC), en referencia al sospechoso cambio de postura del Partido Popular en relación con la proposición de ley sobre delimitación de los espacios marítimos de Canarias.
La iniciativa, que se aprobó este jueves en el Congreso de los Diputados y que CC ha calificado como un "acuerdo histórico" para el Archipiélago, no obtuvo el apoyo del PP, a pesar de que, hasta no hace mucho tiempo, se había mostrado a favor de su tramitación. No hay más que tirar de los diarios de sesiones de las Cámaras Alta y Baja para comprobar que el PP aplicó la consabida expresión castellana de ¡Donde dije digo, digo Diego!
Uno de los primeros argumentos a favor de la propuesta data del 27 de febrero de 2003, con el Partido Popular de José María Aznar en el Gobierno del Estado. En aquella ocasión le tocó defender la propuesta a la actual portavoz parlamentaria del PP, María Australia Navarro de Paz, por aquel entonces senadora.
En su intervención, en el pleno del Senado, Navarro consideró "positiva" la iniciativa del entonces senador Victoriano Ríos, "a efectos de poder ejercer el control" sobre las aguas interiores en materias como vigilancia aduanera, inmigración ilegal o vertidos incontrolados. La senadora del PP estuvo de acuerdo en que la PPL se tomase en consideración, aunque advirtió de que se reservaban el derecho de poder modificarla en el trámite parlamentario para "mejorar el texto" y adecuarlo a la "legalidad vigente".
Navarro de Paz abogó, además, por hacer un estudio "profundo" y "sosegado" del tema, así como por recabar los "oportunos informes" o "dictámenes jurídicos" que permitieran moverse dentro de los cauces de la estricta legalidad, así como por estudiar las reacciones de la comunidad internacional. De oponerse a la iniciativa nacionalista de CC, nada.
Dos años más tarde, y ya bajo la Presidencia del Gobierno de España de José Luis Rodríguez Zapatero, le tocó el turno de defender la propuesta, esta vez en el Congreso, al diputado canario Pablo Matos Mascareño. Tras una pequeña introducción en la que criticó los "beneplácitos" y la "complaciente sonrisa" de Zapatero con algunos procesos secesionistas, Matos anunció el voto favorable de su grupo a la proposición de CC.
"Esta reivindicación no es otra cosa más que trasladar a nuestro ordenamiento jurídico lo que pensamos y sentimos los canarios desde siempre, desde que nacemos, que el mar que une nuestras islas es tan nuestro, tan canario y tan español como la tierra de cada una de las Islas", enfatizó el parlamentario conservador.
Asimismo, Matos subrayó que "ningún canario que desde la costa de su isla se detenga a contemplar la isla que tiene enfrente, que pesque en sus costas o que se traslade de una isla a otra ha pensado jamás que el mar que las une son aguas de nadie, son aguas internacionales".
Por si quedaba alguna duda, y con el matiz de que se podrían incorporar algunas mejoras en su tramitación parlamentaria, Pablo Matos remarcó que la proposición de ley era conforme al derecho internacional. De rechazar la reivindicación nacionalista, ni hablar.
Tercero en discordia
El tercero en discordia al que le tocó defender la propuesta otrora defendida por Victoriano Ríos y Miguel Ángel Barbuzano fue a Guillermo Mariscal. Por ser el último, a Mariscal le ha tocado "tragarse el sapo" y en menos de un año ha tenido que cambiar el sí por el no con unos argumentos bastante recurrentes. Para muestra, sus intervenciones en la Cámara Baja.
En diciembre del pasado año, y con motivo de la recuperación de la proposición de ley por parte del diputado de CC, José Luis Perestelo, el parlamentario conservador reconoció que la "recurrente cuestión" había sido "ampliamente" tratada y debatida a lo largo de las últimas décadas.
Tras anunciar, otra vez, el voto favorable de su grupo parlamentario, Mariscal abundó que el PP se sumaba "a la edificante y no menos necesaria" tarea de dar un nuevo y renovado impulso político a esta iniciativa de gran importancia estratégica para los intereses generales de Canarias, y, por ende, de España.
El diputado del PP destacó la importancia de resolver la aprobación de la PPL por la "crucial y decisiva" importancia que la delimitación de los espacios marítimos de Canarias guarda para la seguridad transversal de las Islas, en su vertiente jurídica de protección medioambiental o en materia de control delictivo, y pidió el máximo consenso parlamentario para conseguir "una ley eficaz" y "positiva" para el futuro de las próximas generaciones de isleños. El rechazo a la proposición, ni se contempló.
La opinión de Mariscal, sin embargo, sufrió un repentino cambio de rumbo este jueves, justo cuando se procedía a dar el visto bueno a tan defendida y reivindicada cuestión. No esperó mucho el diputado del PP, quien desde sus primeras frases arremetió contra la tramitación de la iniciativa, de la que dijo que había estado "gobernada por la improvisación y por las prisas".
"En nada se parece, tras las enmiendas presentadas al alimón por el Grupo Parlamentario Socialista y el Grupo Mixto, a la proposición presentada por CC en su día, motivo por el cual hacer alusión al texto que admitimos a trámite carece ya de ningún sentido", espetó el diputado popular, quien criticó la "vaciedad" del texto pactado por PSOE y CC, "el canto a la obviedad" que suponen algunos de sus artículos y la "insustancia" de la norma aprobada.
"Coalición Canaria y PSOE son ya la misma cosa en Madrid", lamentó el parlamentario conservador, quien utilizó el debate de aprobación de la citada proposición de ley para arremeter contra el Gobierno de Zapatero y su trato con Canarias, y para criticar también la postura de los nacionalistas para con el Ejecutivo estatal. Tras este ejercicio de reflexión política, el PP votó en contra de la norma.
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