ARTÍCULO DE ANTONIO
GALA EN "LA
TRONERA", DIARIO EL MUNDO, Lunes 9 de Julio de
2012:
QUIZÁ debería restablecerse la pena de muerte. Por causas económicas. Quienes poseen riquezas en paraísos fiscales, extraídas de su propia nación, donde se produjeron y crecieron, tendrían que ser ejecutados. O al menos desterrados de ella.
No puede tolerarse, en momentos como los actuales, que se lleven el oro y dejen aquí el moro; que se lleven los beneficios y provoquen la necesidad y la pobreza.
No son financieros sino criminales de lesa humanidad. La absoluta insolidaridad, la extrema hipocresía, el robo sigiloso de consecuencias extremas deberían ser sancionados con la muerte. El destierro
no sería suficiente castigo para los ladrones que perturban la paz y suscitan el desorden en que ni nos movemos.
Nos utilizan sólo como fuente de ingresos al servicio de otros.
Gobernados por insolidarios, ladrones o ignorantes que se dejan manejar en vez de defendernos, sólo nos queda declararles una guerra a muerte.
Porque nos impiden vivir nuestra única vida; beneficiarnos de nuestro trabajo cada día mayor; transforman en abismos las diferencias de clases; nos llevan a empujones hacia el crímen, a imitación de ellos mismos.
La situación es insostenible. Justicia es ya solo una palabra malsonante.
QUIZÁ debería restablecerse la pena de muerte. Por causas económicas. Quienes poseen riquezas en paraísos fiscales, extraídas de su propia nación, donde se produjeron y crecieron, tendrían que ser ejecutados. O al menos desterrados de ella.
No puede tolerarse, en momentos como los actuales, que se lleven el oro y dejen aquí el moro; que se lleven los beneficios y provoquen la necesidad y la pobreza.
No son financieros sino criminales de lesa humanidad. La absoluta insolidaridad, la extrema hipocresía, el robo sigiloso de consecuencias extremas deberían ser sancionados con la muerte. El destierro
no sería suficiente castigo para los ladrones que perturban la paz y suscitan el desorden en que ni nos movemos.
Nos utilizan sólo como fuente de ingresos al servicio de otros.
Gobernados por insolidarios, ladrones o ignorantes que se dejan manejar en vez de defendernos, sólo nos queda declararles una guerra a muerte.
Porque nos impiden vivir nuestra única vida; beneficiarnos de nuestro trabajo cada día mayor; transforman en abismos las diferencias de clases; nos llevan a empujones hacia el crímen, a imitación de ellos mismos.
La situación es insostenible. Justicia es ya solo una palabra malsonante.
1 comentario:
La pena de muerte debería ser para los que desde el poder de cualquier tipo han propiciado esta situación. Todos ellos sabían en 2005 que esto pasaría.
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