lunes, 11 de junio de 2012

Juego de trileros: mentir y escamotear

PRIMERO NIEGAN LA EVIDENCIA; LUEGO LE CAMBIAN EL NOMBRE

Y si Zapatero negó la crisis inicialmente, o no la quiso ver, Mariano Rajoy ha querido ocultar lo que está ocurriendo bajo una sucesión de mentiras que se van transformando en eufemismos a medida que se va descubriendo la cruda realidad. Y la cruda realidad a día de hoy es que los que provocaron la crisis financiera mundial siguen ocasionando inmensos estropicios como el de la banca española, lastrada de manera escandalosa por el estallido de la burbuja inmobiliaria alimentada desde finales de los noventa gracias a las mismas políticas que ahora se repiten de modo dramático: que manden los mercados, que se liberalice el suelo, que viva el ladrillo… que en caso de que esto se venga abajo, con el dinero de todos los contribuyentes lo resolveremos. Mariano Rajoy, además de mentir y de esconder luego sus mentiras en un permanente juego de trileros, es un redomado cobarde que solo salió a dar la cara ante los españoles cuando su mutis se convirtió en un clamor de indignación nacional. Este domingo compareció en la que se convirtió en la segunda rueda de prensa que ofrece en España desde que fue investido presidente del Gobierno, hace ya más de seis meses. Se le notaba nervioso, esquivo, inseguro, muy incómodo en su intervención inicial, quizás temiendo que las preguntas que se le formularan pudieran conducir a que se descubriera el tamaño del berenjenal en el que nos ha metido con la intervención financiera acordada el sábado en el Eurogrupo. Su empeño en evitar la palabra rescate es objeto de burla internacional, y el regate de solo horas de recorrido de que se trata de un préstamo ventajoso no hace otra cosa que abochornar a todos los españoles.

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