Se va cumplir un año de las elecciones generales que dieron
mayoría absoluta al PP. De aquellas promesas no queda nada. En un año,
ha crecido exponencialmente el número de parados y de familias en donde
no hay un solo euro de ingreso. La prima de riesgo sigue por encima de
los cuatrocientos puntos básicos.
El PP tiene una agenda ideológica
en sus recortes que además de llevar a millones de ciudadanos a la
pobreza ha recortado derechos fundamentales. En los próximos meses el
parlamento modificará la ley de interrupción del embarazo hasta parámetros inéditos en Europa. Ni siquiera la malformación del feto es motivo suficiente para permitir abortar. Las mujeres reducen sus derechos y pagan el mayor coste de la crisis.
Quienes tengan dinero volverán a viajar a Londres para interrumpir su
embarazo si así lo desean. Las que no tienen recursos se tendrán que
enfrentar a la ley
Los desahucios han
tenido que llevar al suicidio de algunos ciudadanos para que empiecen a
pensar en hacer algo. Se ha rescatado a la banca sin disminuir
sustancialmente los privilegios de los banqueros.
Cataluña ha explotado en la mayor crisis
policíal de la democracia. El Gobierno se niega sistemáticamente al
diálogo con los sindicatos y con los partidos. La Banca sigue sin hacer
circular el crédito. La reforma laboral permite poner en la calle a
trabajadores en condiciones mucho más favorables para las empresas.
La sanidad y la educación han sufrido
severos recortes en un país en la que la igualdad básica desaparece de
la vida de los ciudadanos.
Ninguna de las recetas de Rajoy ha dado
sus frutos. Y la persistencia en el error augura más decrecimiento
económico, incumplir los compromisos del déficit y aumentar el número de
desempleados.
Todavía hay gente que piensa que
la huelga no tiene legitimidad y que lo que hay que hacer es trabajar
más en un universo en donde las horas extras laminan la creación de
empleo.
La dignidad de los ciudadanos exige dar
una respuesta a tantas injusticias y a tantos errores. La presión que
sufrirán muchos trabajadores si se deciden por la huelga será brutal. La
criminalización de los sindicatos seguirá en un aumento.
La historia convoca a los
trabajadores para demostrar que no nos podemos rendir. La huelga es
legítima, legal, justa y necesaria. Esta es mi opinión.
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