Otro viaje fantasma al país africano de autoridades isleñas, sin ton ni son
Margarita
Ramos y Groucho Marx: "Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros". |
Otro viaje fantasma a Marruecos y van… A ver cuánto cuesta éste. La consejera de Empleo, Industria y Comercio, Margarita Ramos, se ha ido a Marruecos, con un amplio séquito oficial –que pagamos todos—, incluido el del responsable de Comercio de su departamento, Gustavo Matos, de la misma cuerda política de que señora Ramos: el PSOE.
Esta vez, la excusa es variada. Hemos leído curiosas versiones del periplo en medios de comunicación: desde aconsejar al reino alauí en asuntos de energías renovables –a ver qué saben estos de energías renovables–, hasta este eufemismo o este laberinto lingüístico: “La inserción de equipamientos, infraestructuras y servicios de ámbito rural”. Chúpese, ésa, don Paulino.
También ayuda Canarias a Marruecos (en vez que paliar el hambre en las islas) en el proyecto Takatona, con una dotación de 550.000 euros hasta 2013. Quién los cogiera.
En otra versión del viaje se habla de “proyectos renovables y de zonas comerciales abiertas”, sin que se explique bien qué hacen los dirigentes canarios en esos menesteres.
Y en otra versión, hay muchas, como los principios de Groucho Marx: “Abrir mercados para empresarios y técnicos canarios en el país vecino”. Y ahí queda eso.
Vaya unas declaraciones consistentes de la señora Ramos que no se caracteriza por su brillantez, cada vez que acude a los medios informativos para volcar sus ideas geniales.
Toma, coño, así soy consejero del Gobierno yo mismo.
En Marruecos se pasarán toda la semana, hasta el viernes, sin tiempo para ir al zoco, pues tienen previsto visitar varias ciudades y regresar ese día a las islas.
Así da gusto, nosotros con un 33% de la población parada y ellos de viaje por el Magreb. Le daremos algunos datos a la señora Ramos de la ciudad de Santa Cruz: 30.000 parados, 8.000 personas dependientes de los servicios sociales, 600 personas en exclusión total (sin percibir ningún tipo de ayudas), 125 niños pasando hambre física porque sus padres no tienen ni un euro para darles de comer. Y la señora Ramos se va a Marruecos a resolverle los problemas a los moros, harta de no podérselos arreglar a los canarios, que la votaron y a los que se debe.
Usted puede decir que esto es demagogia, pero baje del avión y pregúntele a los niños, a ver si saca alguna conclusión. Tan solo con lo que se han gastado en el viaje comerían unos cuantos durante muchos meses.
Esta vez, la excusa es variada. Hemos leído curiosas versiones del periplo en medios de comunicación: desde aconsejar al reino alauí en asuntos de energías renovables –a ver qué saben estos de energías renovables–, hasta este eufemismo o este laberinto lingüístico: “La inserción de equipamientos, infraestructuras y servicios de ámbito rural”. Chúpese, ésa, don Paulino.
También ayuda Canarias a Marruecos (en vez que paliar el hambre en las islas) en el proyecto Takatona, con una dotación de 550.000 euros hasta 2013. Quién los cogiera.
En otra versión del viaje se habla de “proyectos renovables y de zonas comerciales abiertas”, sin que se explique bien qué hacen los dirigentes canarios en esos menesteres.
Y en otra versión, hay muchas, como los principios de Groucho Marx: “Abrir mercados para empresarios y técnicos canarios en el país vecino”. Y ahí queda eso.
Vaya unas declaraciones consistentes de la señora Ramos que no se caracteriza por su brillantez, cada vez que acude a los medios informativos para volcar sus ideas geniales.
Toma, coño, así soy consejero del Gobierno yo mismo.
En Marruecos se pasarán toda la semana, hasta el viernes, sin tiempo para ir al zoco, pues tienen previsto visitar varias ciudades y regresar ese día a las islas.
Así da gusto, nosotros con un 33% de la población parada y ellos de viaje por el Magreb. Le daremos algunos datos a la señora Ramos de la ciudad de Santa Cruz: 30.000 parados, 8.000 personas dependientes de los servicios sociales, 600 personas en exclusión total (sin percibir ningún tipo de ayudas), 125 niños pasando hambre física porque sus padres no tienen ni un euro para darles de comer. Y la señora Ramos se va a Marruecos a resolverle los problemas a los moros, harta de no podérselos arreglar a los canarios, que la votaron y a los que se debe.
Usted puede decir que esto es demagogia, pero baje del avión y pregúntele a los niños, a ver si saca alguna conclusión. Tan solo con lo que se han gastado en el viaje comerían unos cuantos durante muchos meses.
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