La ‘época dorada’ del grifo abierto a caudales para el endeudamiento de los ayuntamientos y los entes locales atisba a su fin. En vista de ello, las empresas públicas han multiplicado su deuda por 3,44 en los dos últimos años, pasando desde los 393 hasta los 1.353 millones de euros.
A pesar de que en los últimos años la capacidad recaudatoria de los ayuntamientos disminuirá para el cierre del presente ejercicio económico en un 90%, es decir, desde los 16.662 millones de euros de la cima de la burbuja en 2006, hasta los 1.830 millones de euros, según estimaciones del IPE.
Además de lo anterior, en el mismo periodo, el endeudamiento de las empresas públicas ha crecido desde los 3.614 millones hasta los 4.921 millones.
Pero, lo más curioso de todo esto, es que la ‘nueva financiación’ que se instrumentaliza, es en su mayor parte es deuda a largo plazo. Y para más inri, el Instituto de Crédito Oficial (ICO), ha aumentado en un 53% su financiación.
Pasando de prestar 1.057 millones en el año 2006, a 1.620 millones de euros en la actualidad. Lo que me da a pensar, es que el endeudamiento de las empresas públicas adscritas a los Ayuntamientos se han convertido en un ‘auténtico coladero’ para la captación de pasivo.
Que ante un vacío legal para la nueva ‘era’ de la financiación local, están aprovechándose de la situación e ignorando su magnitud. ¿Creen ustedes que las medidas adoptadas son suficientes para ‘sanar’ las cuentas de los ayuntamientos?
Para mi son una ‘pura artimaña legal’, que no hace otra cosa que confirmar que estos no priorizan aquellas cuestiones que les dieron su razón de ser, como por ejemplo, el pago de las nóminas de unos funcionarios que llevan a cabo una importante función social. Tengan ojito y miren lo que van a ser con el IMAS, el nuevo instrumento para CC y CCN.
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